jueves, 8 de junio de 2017

~ Reflexión Evangelio del jueves 8 de junio de 2017 ~

Resultado de imagen de amar a dios y al projimo como a ti mismoLectura del santo evangelio según san Mateo (26, 36-42)
En aquel tiempo, se llegó uno de los escribas y le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que estos». 
Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». 
Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios». Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

Reflexión
El escriba era un maestro de la ley y por ello, estaba interpretando los mandamientos como leyes terrenales y quería saber cuál de todos los mandamientos era el más importante. 
Sin embargo, las leyes del Señor no son los leyes de nuestro mundo y, por eso, Jesús le da una respuesta llena de sabiduría. 
Resultado de imagen de amar a dios y al projimo como a ti mismoDesde la antigüedad eran 10 los mandamientos que se seguían, pero Jesús los resumió en: 
  • Amar a Dios por sobre todas las cosas. 
  • Amar al prójimo como a ti mismo. 
La clave de nuestra fe es el Amor, Dios nos ama y tanto como Él nos ama, quiere que nosotros hagamos lo mismo con nuestros hermanos. A partir de ahí, el resto será consecuencia de esa verdadera entrega al mundo. 
Porque Dios está en nosotros y en los demás. Por eso es un Dios de vivos. El servicio de nuestros hermanos, es el servicio al Señor. En el fondo, son un único mandamiento. 
El prójimo son todas las personas que están cerca de ti, tu familia, tus amigos, las personas que encuentras en las calles... 
No sabemos por lo que están pasando los demás, pero que feliz haríamos al Señor si les regalamos una sonrisa, una palabra de agradecimiento, un reconocimiento de su esfuerzo... Nunca se vaya nadie después de estar con nosotros sin llevar más luz que la que traía. 
Él espera que ablandemos nuestros corazones, que seamos auténticos, que vivamos sin máscaras y con bondad. 
Quizás lo más difícil de este mandamiento, no sea amar a los que nos aman, sino amar a aquellos que nos hacen daño, como Jesús oró por el perdón de aquellos que lo crucificaron. Pero hasta los monstruos necesitan amor. 
Nuestras oraciones tienen que estar enfocadas en esta verdad revelada por el Señor y es mucho más importante que cualquier sacrificio que podamos ofrecer. . 
Nuestra mirada debe ser como la mirada del Señor, que no se queda en la superficie de las personas, sino que profundiza en su realidad. 
Estas son las palabras de Jesús, el primer sacerdote de nuestra Iglesia, Él amó al Padre por encima de todo, incluso de sí mismo, y a nosotros, entregando la vida por nuestra salvación. 
Para Jesús, nadie que ame con un corazón puro está lejos del Señor. 

Roguemos esta noche para que Dios nos de un corazón auténtico, que sea capaz de amar y entregarse sin medida como el mismo Cristo hizo, para así ser con nuestra vida testimonio del amor que nos tiene Dios y estar más cerca de él. 
Allí donde haya discusión, odio, venganza, siembre yo amor. 

"Señor, quiero amarte por sobre todas las cosas, pero Tú sabes cómo me cuesta dejar mi propia manera de pensar y de actuar. Por ello te pido ilumines mi oración para que, creyendo y confiando en Ti, aproveche tu gracia para realmente vivir una caridad universal y delicada."

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