lunes, 22 de mayo de 2017

~ Reflexión Evangelio del lunes 22 de mayo de 2017 ~


Lectura del santo evangelio según san Juan (15,26–16,4a)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».


Reflexión
Hoy en el evangelio, un día más, Jesús nos habla sobre la venida del Espíritu Santo. Y, otras de las virtudes que obtenemos gracias a la iluminación recibida a través del Espíritu Santo es la de dar testimonio. Pienso que es una responsabilidad que todo cristiano debe asumir porque igual que conocer a Jesús ha salvado nuestra vida, también debemos intentar que otras personas que no han tenido la misma suerte puedan conocerlo. 
Por lo que el gran reto que hoy nos propone Jesús, es convertirnos en apóstoles del S. XXI que lleven su mensaje al mundo. 
Resultado de imagen de espíritu santoPara ser capaces de transmitir este mensaje y sobre todo, para llegar al corazón de los demás es necesario por un lado, conocer a Jesús. Haberte encontrado con él en los hermanos, en la naturaleza, en el amor, y vivir conforme a su voluntad. 
En segundo lugar, es importante que nuestras palabras vayan acompañadas de actos, que reflejemos en nuestra mirada, la mirada del Señor, que nuestras manos estén dedicadas al servicio de los demás y al cuidado de sus heridas espirituales, así como que nuestros pies se conviertan en el medio de transporte de la luz y el amor de Jesús para llegar a más personas. De esta forma podemos transmitir la paz del Señor donde nuestra alma descansa.  Puede que haya mucha gente que te rechace, pero, ¿sabes lo contentos que estarían en el cielo si traes de vuelta aunque sea a un hermano? 
Todos somos ramas de un mismo árbol y seguiremos creciendo. Si hoy estoy en proceso de preparación para confirmarme, si he tenido la bendición de conocer una familia cristiana con un gran corazón, es gracias a dos personas, que de forma desinteresada me abrieron una puerta. Dios usa muchos disfraces, pero al final lo único que busca es una forma de acercarse a ti. Y no hay mayor honor para nosotros que poder servirle.

Recemos en esta noche por todos los misioneros que extienden la palabra de Dios hasta esos pequeños rincones del mundo donde todavía no le conocen, a pesar de que tengan que pasar frío o hambre, entregan su vida por Jesús. Y por nosotros, para que también el Espíritu Santo nos ayude a dar testimonio de nuestra fe y de la felicidad que nos ha sido regalada, aunque también junto con la gran responsabilidad de ser testigos de lo que hemos conocido.  

Seamos luz para el mundo y no dejes que nadie consiga apagarte. 

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