lunes, 15 de mayo de 2017

~ Reflexión Evangelio del Lunes 15 de Mayo de 2017 ~

Lectura del Santo Evangelio según San Juan (14; 21-26)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
<<El que acepta mis mandamientos y los cumple, ese me ama de verdad; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él>>. 
Le dijo Judas, no el Iscariote, sino el otro: 
<<Señor, ¿cuál es la razón de manifestarte solo a nosotros y no a los que son del mundo?>>
Respondió Jesús y le dijo: 
<<El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos y haremos en él nuestra morada. Por el contrario, el que no me ama no se mantiene fiel a mi mensaje. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. 
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Abogado, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recordéis cuanto yo os he enseñado y os lo explicará todo. 


Reflexión 

Ser cristiano es una forma de vida, es una actitud que debe ponerse de manifiesto en nuestro día a día. Que los demás reconozcan en nosotros la esencia de Cristo, puesto que todos somos ramas del tronco principal que es Jesús. 
Los mandamientos son para vivirlos y sentirlos, no es una simple lista de normas de las que alguna vez hemos hecho en el colegio, es una manifestación de amor con el prójimo, de servicio a los demás. 
Si dejamos entrar al Señor en nuestro corazón, veremos la vida desde otra perspectiva. Con un alma auténtica, que se preocupa por la humanidad. Libre de apegos terrenales y llena de la luz del Espíritu Santo que nos guía a través de este camino de cambio y aprendizaje. 
Jesús quiere que nos comprometamos a seguirlo, no de una forma templada, a medias tintas, sino con la plenitud de nuestro ser. Porque a través de nosotros el Señor se hace presente, fuego vivo que impulsa nuestra alma. Y a pesar de nuestros defectos y errores, Él nos conoce mejor que nosotros mismos y aun así, nos confía al resto de nuestros hermanos para que nos amemos los unos a los otros como él nos ha amado. 
¿Estás dispuesto a dejarle entrar en tu corazón? ¿Estás preparado para que sane tu vida?
Pidamos esta noche al Señor que nos enseñe a ser mejores testigos de su palabra, mejores cristianos y nos ayude a estar cerca de nuestros hermanos como él está cerca de nosotros. 

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